Acto de Contrición

 

Dios mío,

 me arrepiento de todo corazón

 de todo lo malo que he hecho

 y de todo lo bueno que he dejado de hacer,

 porque pecando te he ofendido a ti,

 que eres el sumo bien

 y digno de ser amado sobre todas las cosas.

 Propongo firmemente, con tu gracia,

 cumplir la penitencia,

 no volver a pecar y evitar las ocasiones de pecado.

 Perdóname, Señor,

 por los méritos de la pasión

 de nuestro Salvador Jesucristo.

 

Amén.

Salmo 91

Salmo 23

Seguridad del que confía en el Señor

91 El que habita al amparo del Altísimo[a]

Morará a la sombra del Omnipotente.

2 Diré yo al Señor: «Refugio mío y fortaleza mía,

Mi Dios, en quien confío».

3 Porque Él te libra del lazo del cazador

Y de la pestilencia mortal.

4 Con Sus plumas te cubre,

Y bajo Sus alas hallas refugio;

Escudo y baluarte es Su fidelidad[b].

5 No temerás el terror de la noche,

Ni la flecha que vuela de día,

6 Ni la pestilencia que anda en tinieblas,

Ni la destrucción que hace estragos en medio del día.

7 Aunque caigan mil a tu lado

Y diez mil a tu diestra,

A ti no se acercará.

8 Con tus ojos mirarás

Y verás la paga de los impíos.

9 Porque has puesto al Señor, que es mi refugio,

Al Altísimo, por tu habitación.

10 No te sucederá ningún mal,

Ni plaga se acercará a tu morada.

11 Pues Él dará órdenes a Sus ángeles acerca de ti,

Para que te guarden en todos tus caminos.

12 En sus manos te llevarán,

Para que tu pie no tropiece en piedra.

13 Sobre el león y la cobra pisarás;

Pisotearás al cachorro de león y a la serpiente.

14 «Porque en Mí ha puesto su amor, Yo entonces lo libraré;

Lo exaltaré, porque ha conocido Mi nombre.

15 Me invocará, y le responderé;

Yo estaré con él en la angustia;

Lo rescataré y lo honraré;

16 Lo saciaré de larga vida,

Y le haré ver Mi salvación».

El Señor es mi pastor nada me falta;

en verdes pastos él me hace reposar.

A las aguas de descanso me conduce,

y reconforta mi alma.

 

Por el camino del bueno me dirige,

por amor de su nombre.

Aunque pase por quebradas oscuras,

no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo.

 

La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios,

con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.

 

Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dura mi vida,

mi mansión será la casa

del Señor por largos,

largos días.

Apréndete esta Oración

Salve Regina de los Cielos

Y señora de los Angeles;

Salve raíz, salve puerta

Que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, Virgen gloriosa,

Entre todas la mas bella;

Salve agradecida doncella

Ruega a Cristo por nosotros

D– que con el auxilio de tan dulce intercesora

T-seamos siempre fieles en el terreno caminar

Oración de sumisión al Espíritu Santo del Cardenal Mercier.

 

Voy a revelarles un secreto de felicidad y santidad. Si cada día, durante cinco minutos, saben callar a vuestra imaginación, cerrar los ojos a las cosas sensibles y los oidos a las cosas de la tierra para entrar dentro de ustedes mismos, y allí, en el santuario de su alma bautizada, que es el Templo de Espíritu Santo, háblale a ese divino Espíritu diciéndole:


¡Oh, Espíritu Santo, alma de mi alma! Yo te adoro, ilumíname, guíame, consuélame, fortaléceme, dime que debo hacer, dame tus órdenes. Te prometo someterme a todo lo que quieras de mi y aceptar todo lo que permitas que me suceda; solamente te pido conocer tu voluntad. Amen

 

Si hacen esto, su vida se deslizará feliz, serena y llena de consuelo, aún en medio de las penas, porque la gracia será proporcionada a la prueba dándoles fuerza para soportarla, y llegaran a las puertas del paraíso cargados de méritos. Esta sumisión al Espíritu es el secreto de la Santidad.

El Poder del Espíritu Santo

Durante los tres años anteriores a Su Ascensión al cielo, Jesús había estado tratando de educar a los Apóstoles sobre el Reino de Dios y cuál sería su papel en la difusión de ese Reino. Pero no fue hasta que el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles en Pentecostés que finalmente comenzaron a entender lo que el Señor les había estado diciendo. El Espíritu no solo les dio los dones de sabiduría, comprensión y conocimiento, también les dio el don de fortaleza o coraje que sería esencial si sobrevivieran a la persecución que se avecinaba. Santiago fue asesinado en Jerusalén en el año 42, Pedro y Pablo fueron ejecutados en Roma entre los años 65 y 67, y los otros Apóstoles, con la excepción de Juan, también fueron brutalmente asesinados.

          Todo lo que tenían que decir para escapar de la muerte era que Jesús no era Dios, que no había resucitado de entre los muertos y que toda su misión era una mentira. Pero ellos perseveraron frente a la terrible persecución porque sabían que Jesús había resucitado y que ellos también, un día, se levantarían de entre los muertos y pasarían una eternidad de Alegría con El en el cielo.

          Avancemos 2.000 años y encontramos a miles de nuestros hermanos cristianos que renuncian a sus vidas en lugar de renunciar a Jesús. ¿Estarías dispuesto a morir por Jesús si te enfrentas a enemigos de nuestra fe? ¿O estarías dispuesto a vivir para Jesús en una cultura que es hostil a nuestras creencias? Solo los ingenuos pueden pensar que no enfrentaremos una crisis así en nuestras vidas. ¿Serás como San Pedro y negarás siquiera conocer a Jesús, o dirás con orgullo que Él es tu amigo y que nunca le darás la espalda? Para hacer esto, debes confiar en el poder del Espíritu Santo. Centavos Para los no nacidos: - Las Hijas Católicas de las Américas llevarán a cabo su acostumbrada colecta anual de centavos el próximo fin de semana, 15 y 16 de junio, después de todas las Misas. Por favor traiga esos centavos que ha estado guardando en su cómoda todo el año y ayude a los no nacidos.

Saint Stephen Parish - Parroquia San Esteban